LITERATURA- 1ºBACHILLERATO- PROF: MARÍA NOEL PAIS
Biblioteca liceal
EL HONOR Y LA HONRA
LA HONRA
1. Es masculina.
2. Se adquiere.
3. Se hereda.
4. Es concepto pagano y aristocrático.
5. Se lleva en la sangre.
6. El mundo la reconoce.
7. El mundo la puede menospreciar y manchar.
8. Se puede perder en los ojos del mundo.
9. Para Lope de Vega “es el bien mas alto”.
10. La persona agraviada tiene que vengarse derramando la sangre del ofensor. La razón es que el hombre honrado ha adquirido su hora derramando sangre en la guerra (en la batalla, con lucha en Cid se honraba; en la espada se fundaba su honor).
11. Solo un hombre honrado puede agraviar a un igual; los superiores no deshonran, sólo castigan; los inferiores no deshonran porque no tienen honra.
12. El arbolito, dador y protector de la honra es el rey.
13. El hombre agraviado muere en los ojos del mundo; su vida ofende a los honrados. En la edad Clásica, se suicida (ejemplo: el samurái en Japón); pues si queda vivo es un mero “cadáver vivo”. Ha muerto legalmente (ejemplo: en “Richard II” de Shakespeare ,Northumberland: “Mine Honour is my life is done. En “El burlador de Sevilla” de tirso de Molina, Don Gonzalo: “muerto honor dijo, ¡ay de mi! / … / ¡Ay, que me has dado la muerte!”. Don Juan responde: “Tú la vida te quitaste”. Y Don Gonzalo: “¿De qué la vida servía?”).
14. El hombre puede desagraviarse luchando contra quien lo injurió. Las afrentas que no se vengan infaman y no pueden limpiarse (a menos que el rey intervenga).
15. Si la persona injuriada no puede vengarse por su cuenta (a causa de la edad o la edad o la muerte del injuriado), otro tiene que vengarlo (un pariente o un amigo) ya que la muerte del injuriado no quita la deshonra (la deshonra se hereda).
16. La persona afrentada tiene que mostrar que trató de defender su honra: el no haber tratado de hacer esto deshonra.
17. Cosas que afrentan: el no reconocer la honra del honrado (al no saludar debidamente, al tocar al honrado en la cara o en la barba, al ser acusado de mentir, al burlarse del honrado, al ponerle cuernos, al acusado de algo deshonroso, al murmurar de él, al acusado de cobardía, etc.).
EL HONOR
1. Es femenino.
2. Se posee.
3. Se mantiene.
4. Es concepto cristiano y democrático.
5. Se ubica en el alma.
6. El individuo (y el mundo) lo reconocen.
7. El individuo lo puede manchar por sus actos.
8. El individuo puede perderlo.
9. Para perderlo calderón de la Barca es “patrimonio del alma”.
10. La persona agraviada sólo puede defender su honor. La razón: esta persona no ha adquirido honor luchando en guerra. Su defensa de honor consiste sólo en mantenerlo intacto.
11. Nadie puede deshonrar a la persona de honor ya que el honor es interno y espiritual; en caso de honor moral, al no defenderlo se pierde y se deshonra esta persona.
12. El árbitro, dador y protector del honor es Dios.
13. La mujer deshonrada es vituperada y se convierte en un ser despreciable por no haber podido preservar su honor. En la edad clásica y en la edad bíblica se asesinaba (en el año 450 A.C., apio Claudio trató de seducir a Virginia, hija de un Centurión romano, aseverando que era esclava suya. El padre de Virginia, no pudiendo evitar la futura deshonra de su hija, la acuchilla para salvar su honor, que se considera más importante que la vida. –en Livio 3.44; Chaucer, “The Physician´s Tale”-), o se suicidaba (Lucresia es violada por un hijo de tarquino el sobervio, rey de Roma. Lucresia le cuenta este hecho a su esposo y se suicida. Esto causa una conjuración de Roma que termina con la monarquía de los Tranquino en 510 A.C. –en Shakespeare, “Rape of Lucrece”). O en la biblia, en Deuteromonio 22:21: “sacaran la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearan para que muera; porque cometió vileza en Israel, fornicando en casa de su padre”.
14. la mujer puede desagraviarse cansáandose con su ofensor (Dios es entonces el juez); al no poder hacer esto queda manchada aunque se case con otro.
15. La persona injuriada generalmente no se venga por su propia cuenta; otro tiene que defenderla (Dios, su padre, su espasio, o un hombre que, como rey, haga suya la afrebta.
16. La persona deshonrada tiene que mostrar que trató de mantener su honor; el no haber tratado de hacer esto deshonra.
17. Cosas que afrentan: no evitar situaciones que pongan en peligro su honor o castidad (hablar con un hombre, ver a un hombre, invitar a un hombre a su casa, aceptar un obsequio de un hombre, aun por medio de otra persona como una habla ni sale desacompañada de la casa. En “Don Quijote” de Cervantes:
“Mujer honrada, pierna quebrada en casa”.
PROFESORA MARÍA NOEL PAIS
LICEO Nº2 DE BELLA UNION
20 de mayo de 2009.
Material para Biblioteca Liceal
jueves, 21 de mayo de 2009
El Honor y la Honra
LITERATURA- 1ºBACHILLERATO- PROF: MARÍA NOEL PAIS
Biblioteca liceal
EL HONOR Y LA HONRA
LA HONRA
1. Es masculina.
2. Se adquiere.
3. Se hereda.
4. Es concepto pagano y aristocrático.
5. Se lleva en la sangre.
6. El mundo la reconoce.
7. El mundo la puede menospreciar y manchar.
8. Se puede perder en los ojos del mundo.
9. Para Lope de Vega “es el bien mas alto”.
10. La persona agraviada tiene que vengarse derramando la sangre del ofensor. La razón es que el hombre honrado ha adquirido su hora derramando sangre en la guerra (en la batalla, con lucha en Cid se honraba; en la espada se fundaba su honor).
11. Solo un hombre honrado puede agraviar a un igual; los superiores no deshonran, sólo castigan; los inferiores no deshonran porque no tienen honra.
12. El arbolito, dador y protector de la honra es el rey.
13. El hombre agraviado muere en los ojos del mundo; su vida ofende a los honrados. En la edad Clásica, se suicida (ejemplo: el samurái en Japón); pues si queda vivo es un mero “cadáver vivo”. Ha muerto legalmente (ejemplo: en “Richard II” de Shakespeare ,Northumberland: “Mine Honour is my life is done. En “El burlador de Sevilla” de tirso de Molina, Don Gonzalo: “muerto honor dijo, ¡ay de mi! / … / ¡Ay, que me has dado la muerte!”. Don Juan responde: “Tú la vida te quitaste”. Y Don Gonzalo: “¿De qué la vida servía?”).
14. El hombre puede desagraviarse luchando contra quien lo injurió. Las afrentas que no se vengan infaman y no pueden limpiarse (a menos que el rey intervenga).
15. Si la persona injuriada no puede vengarse por su cuenta (a causa de la edad o la edad o la muerte del injuriado), otro tiene que vengarlo (un pariente o un amigo) ya que la muerte del injuriado no quita la deshonra (la deshonra se hereda).
16. La persona afrentada tiene que mostrar que trató de defender su honra: el no haber tratado de hacer esto deshonra.
17. Cosas que afrentan: el no reconocer la honra del honrado (al no saludar debidamente, al tocar al honrado en la cara o en la barba, al ser acusado de mentir, al burlarse del honrado, al ponerle cuernos, al acusado de algo deshonroso, al murmurar de él, al acusado de cobardía, etc.).
EL HONOR
1. Es femenino.
2. Se posee.
3. Se mantiene.
4. Es concepto cristiano y democrático.
5. Se ubica en el alma.
6. El individuo (y el mundo) lo reconocen.
7. El individuo lo puede manchar por sus actos.
8. El individuo puede perderlo.
9. Para perderlo calderón de la Barca es “patrimonio del alma”.
10. La persona agraviada sólo puede defender su honor. La razón: esta persona no ha adquirido honor luchando en guerra. Su defensa de honor consiste sólo en mantenerlo intacto.
11. Nadie puede deshonrar a la persona de honor ya que el honor es interno y espiritual; en caso de honor moral, al no defenderlo se pierde y se deshonra esta persona.
12. El árbitro, dador y protector del honor es Dios.
13. La mujer deshonrada es vituperada y se convierte en un ser despreciable por no haber podido preservar su honor. En la edad clásica y en la edad bíblica se asesinaba (en el año 450 A.C., apio Claudio trató de seducir a Virginia, hija de un Centurión romano, aseverando que era esclava suya. El padre de Virginia, no pudiendo evitar la futura deshonra de su hija, la acuchilla para salvar su honor, que se considera más importante que la vida. –en Livio 3.44; Chaucer, “The Physician´s Tale”-), o se suicidaba (Lucresia es violada por un hijo de tarquino el sobervio, rey de Roma. Lucresia le cuenta este hecho a su esposo y se suicida. Esto causa una conjuración de Roma que termina con la monarquía de los Tranquino en 510 A.C. –en Shakespeare, “Rape of Lucrece”). O en la biblia, en Deuteromonio 22:21: “sacaran la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearan para que muera; porque cometió vileza en Israel, fornicando en casa de su padre”.
14. la mujer puede desagraviarse cansáandose con su ofensor (Dios es entonces el juez); al no poder hacer esto queda manchada aunque se case con otro.
15. La persona injuriada generalmente no se venga por su propia cuenta; otro tiene que defenderla (Dios, su padre, su espasio, o un hombre que, como rey, haga suya la afrebta.
16. La persona deshonrada tiene que mostrar que trató de mantener su honor; el no haber tratado de hacer esto deshonra.
17. Cosas que afrentan: no evitar situaciones que pongan en peligro su honor o castidad (hablar con un hombre, ver a un hombre, invitar a un hombre a su casa, aceptar un obsequio de un hombre, aun por medio de otra persona como una habla ni sale desacompañada de la casa. En “Don Quijote” de Cervantes:
“Mujer honrada, pierna quebrada en casa”.
PROFESORA MARÍA NOEL PAIS
LICEO Nº2 DE BELLA UNION
20 de mayo de 2009.
Material para Biblioteca Liceal
Biblioteca liceal
EL HONOR Y LA HONRA
LA HONRA
1. Es masculina.
2. Se adquiere.
3. Se hereda.
4. Es concepto pagano y aristocrático.
5. Se lleva en la sangre.
6. El mundo la reconoce.
7. El mundo la puede menospreciar y manchar.
8. Se puede perder en los ojos del mundo.
9. Para Lope de Vega “es el bien mas alto”.
10. La persona agraviada tiene que vengarse derramando la sangre del ofensor. La razón es que el hombre honrado ha adquirido su hora derramando sangre en la guerra (en la batalla, con lucha en Cid se honraba; en la espada se fundaba su honor).
11. Solo un hombre honrado puede agraviar a un igual; los superiores no deshonran, sólo castigan; los inferiores no deshonran porque no tienen honra.
12. El arbolito, dador y protector de la honra es el rey.
13. El hombre agraviado muere en los ojos del mundo; su vida ofende a los honrados. En la edad Clásica, se suicida (ejemplo: el samurái en Japón); pues si queda vivo es un mero “cadáver vivo”. Ha muerto legalmente (ejemplo: en “Richard II” de Shakespeare ,Northumberland: “Mine Honour is my life is done. En “El burlador de Sevilla” de tirso de Molina, Don Gonzalo: “muerto honor dijo, ¡ay de mi! / … / ¡Ay, que me has dado la muerte!”. Don Juan responde: “Tú la vida te quitaste”. Y Don Gonzalo: “¿De qué la vida servía?”).
14. El hombre puede desagraviarse luchando contra quien lo injurió. Las afrentas que no se vengan infaman y no pueden limpiarse (a menos que el rey intervenga).
15. Si la persona injuriada no puede vengarse por su cuenta (a causa de la edad o la edad o la muerte del injuriado), otro tiene que vengarlo (un pariente o un amigo) ya que la muerte del injuriado no quita la deshonra (la deshonra se hereda).
16. La persona afrentada tiene que mostrar que trató de defender su honra: el no haber tratado de hacer esto deshonra.
17. Cosas que afrentan: el no reconocer la honra del honrado (al no saludar debidamente, al tocar al honrado en la cara o en la barba, al ser acusado de mentir, al burlarse del honrado, al ponerle cuernos, al acusado de algo deshonroso, al murmurar de él, al acusado de cobardía, etc.).
EL HONOR
1. Es femenino.
2. Se posee.
3. Se mantiene.
4. Es concepto cristiano y democrático.
5. Se ubica en el alma.
6. El individuo (y el mundo) lo reconocen.
7. El individuo lo puede manchar por sus actos.
8. El individuo puede perderlo.
9. Para perderlo calderón de la Barca es “patrimonio del alma”.
10. La persona agraviada sólo puede defender su honor. La razón: esta persona no ha adquirido honor luchando en guerra. Su defensa de honor consiste sólo en mantenerlo intacto.
11. Nadie puede deshonrar a la persona de honor ya que el honor es interno y espiritual; en caso de honor moral, al no defenderlo se pierde y se deshonra esta persona.
12. El árbitro, dador y protector del honor es Dios.
13. La mujer deshonrada es vituperada y se convierte en un ser despreciable por no haber podido preservar su honor. En la edad clásica y en la edad bíblica se asesinaba (en el año 450 A.C., apio Claudio trató de seducir a Virginia, hija de un Centurión romano, aseverando que era esclava suya. El padre de Virginia, no pudiendo evitar la futura deshonra de su hija, la acuchilla para salvar su honor, que se considera más importante que la vida. –en Livio 3.44; Chaucer, “The Physician´s Tale”-), o se suicidaba (Lucresia es violada por un hijo de tarquino el sobervio, rey de Roma. Lucresia le cuenta este hecho a su esposo y se suicida. Esto causa una conjuración de Roma que termina con la monarquía de los Tranquino en 510 A.C. –en Shakespeare, “Rape of Lucrece”). O en la biblia, en Deuteromonio 22:21: “sacaran la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearan para que muera; porque cometió vileza en Israel, fornicando en casa de su padre”.
14. la mujer puede desagraviarse cansáandose con su ofensor (Dios es entonces el juez); al no poder hacer esto queda manchada aunque se case con otro.
15. La persona injuriada generalmente no se venga por su propia cuenta; otro tiene que defenderla (Dios, su padre, su espasio, o un hombre que, como rey, haga suya la afrebta.
16. La persona deshonrada tiene que mostrar que trató de mantener su honor; el no haber tratado de hacer esto deshonra.
17. Cosas que afrentan: no evitar situaciones que pongan en peligro su honor o castidad (hablar con un hombre, ver a un hombre, invitar a un hombre a su casa, aceptar un obsequio de un hombre, aun por medio de otra persona como una habla ni sale desacompañada de la casa. En “Don Quijote” de Cervantes:
“Mujer honrada, pierna quebrada en casa”.
PROFESORA MARÍA NOEL PAIS
LICEO Nº2 DE BELLA UNION
20 de mayo de 2009.
Material para Biblioteca Liceal
miércoles, 13 de mayo de 2009
Estados Unidos
Estados Unidos de América (en inglés United States of America) es un país situado casi en su totalidad en América del Norte, comprendiendo también un estado en Oceanía. Está conformado por 50 estados y un distrito federal. También tiene varios territorios dependientes ubicados en las Antillas y en Oceanía. Su forma de gobierno es la de una república presidencialista y federal. Con unos 305.000.000 habitantes[2] es el tercer país más poblado del mundo, aunque se halla bastante lejos de los dos primeros, China y la India.
En América del Norte están localizados 49 estados, de los cuales, 48 estados continentales contiguos están en la región entre Canadá y México. Alaska está en la zona noroeste de América del Norte, separada de los otros estados por el territorio canadiense de Columbia Británica. El archipiélago polinesio de Hawái se ubica en el Océano Pacífico. La capital federal, Washington, se sitúa en el Distrito de Columbia, entre los estados de Maryland al norte y Virginia al sur.
En América del Norte están localizados 49 estados, de los cuales, 48 estados continentales contiguos están en la región entre Canadá y México. Alaska está en la zona noroeste de América del Norte, separada de los otros estados por el territorio canadiense de Columbia Británica. El archipiélago polinesio de Hawái se ubica en el Océano Pacífico. La capital federal, Washington, se sitúa en el Distrito de Columbia, entre los estados de Maryland al norte y Virginia al sur.
sábado, 9 de mayo de 2009
RENACIMIENTO
La palabra RENACIMIENTO viene del italiano; fueron los artistas italianos los que lograron salir de la Edad Media, tratando de volver al pensamiento clásico griego.
El término RENACIMIENTO es creado por Michelet: “renaissance” y luego Visani: “renacita”; estos son dos términos que se utilizan para denominar esta época histórica que no es una corriente estética.
Este movimiento tiene una cantidad de características políticas; el renacimiento de las monarquías nacionales. En la Edad Media no existía conciencia nacional; el elemento unificador en la Edad Media es la iglesia.
La Burguesía logra poder en el Renacimiento. Los comerciantes empiezan a adquirir poder social y la monarquía comienza a vincularse con ella por conveniencia. La clase noble sufre la pérdida de prestigio y de credibilidad. Hay dos grupos sociales que necesitan estabilidad y entre ambos logran una alianza, uno le da estabilidad al otro. El dinamismo se produce porque la nobleza tiene necesidad de estabilidad económica y la burguesía tiene necesidad de estabilidad social. La burguesía quería acercarse a la nobleza, ya que tenía el dinero para favorecer la cultura, pero no tenía la cultura, el dinamismo se produce cuando la burguesía comienza a frecuentar las cortes donde había cultura. No es casual que el Renacimiento comience en Italia.
Arnold Hauser afirma que el arte le debe mucho a la burguesía, el arte es burgués, pues necesita de la burguesía para mantenerse.
Mientras en la Edad Media el arte no era valorado, en el Renacimiento los límites del mundo conocido se expanden, se va a desarrollar todo lo que tiene que ver con la tecnología. La figura central de la iglesia comienza a perder poder, porque los avances científicos permiten que el hombre tome conciencia de sus condiciones. Surge el HUMANISMO: el hombre y el Estado son el centro del poder.
Para el hombre renacentista el propio hombre es la medida de todas las cosas. No existe determinismo: el hombre puede elegir. Según Pompazzi: dios conoce la suerte del hombre, pero el hombre puede elegir, no tiene por qué seguir esa suerte.
Esto va a dar origen al INDIVIDUALISMO ACTIVO que se manifiesta por:
ANTROPOCENTRISMO: se valora la capacidad del hombre, sus pasiones.
NATURALISMO: el hombre empieza a descubrir la naturaleza. El hombre mira en forma horizontal. El hombre renacentista es HEDONISTA. La naturaleza provoca el encantamiento de las pasiones. En la Edad Media la visión del hombre era vertical, miraba a dios, al más allá. En el Renacimiento el hombre trata de descubrir los secretos del mundo. Surge la alquimia y la magia.
INTELECTUALISMO: La concepción del mundo: el mundo es INTELIGIBLE. La inteligencia es capaz de comprender al mundo y de ordenarlo.
SECULARISMO: El hombre se aparta de la iglesia. El saber que surge en esta época surge fuera del claustro de la iglesia. El hombre renacentista es mucho más tolerante que el hombre medieval.
SENSUALISMO O VITALISMO: profundo amor a la vida. El hombre se convierte en su propio arquitecto. El hombre descubre que es bello, pero dios no es olvidado. Si el hombre es perfecto es porque dios es perfecto. Si dios es creador y el hombre es su alegoría, entonces el hombre también es creador. El hombre también puede crear cosas bellas. El hombre es el nexo de unión entre las distintas partes de la naturaleza. El hombre es también un mundo pequeño: microcosmos. Dios creó el mundo pero no lo gobierna, sólo lo ha hecho andar.
DEÍSMO: dios como primer motor. Surge el concepto de pensar el mundo y de investigar el mundo.
Según Paracelso: el filósofo puede filosofar sobre lo que la mano puede probar.
Según Maquiavelo: el fin es buscar el poder.
Según Montaigne: “prefiero cabezas bien hechas a cabezas bien llenas”.
Material aportado por la Prof. María Noel Pais para LITERATURA de 1º Bachillerato, Liceo Nº2 de Bella Unión, 08/mayo/2009.
El término RENACIMIENTO es creado por Michelet: “renaissance” y luego Visani: “renacita”; estos son dos términos que se utilizan para denominar esta época histórica que no es una corriente estética.
Este movimiento tiene una cantidad de características políticas; el renacimiento de las monarquías nacionales. En la Edad Media no existía conciencia nacional; el elemento unificador en la Edad Media es la iglesia.
La Burguesía logra poder en el Renacimiento. Los comerciantes empiezan a adquirir poder social y la monarquía comienza a vincularse con ella por conveniencia. La clase noble sufre la pérdida de prestigio y de credibilidad. Hay dos grupos sociales que necesitan estabilidad y entre ambos logran una alianza, uno le da estabilidad al otro. El dinamismo se produce porque la nobleza tiene necesidad de estabilidad económica y la burguesía tiene necesidad de estabilidad social. La burguesía quería acercarse a la nobleza, ya que tenía el dinero para favorecer la cultura, pero no tenía la cultura, el dinamismo se produce cuando la burguesía comienza a frecuentar las cortes donde había cultura. No es casual que el Renacimiento comience en Italia.
Arnold Hauser afirma que el arte le debe mucho a la burguesía, el arte es burgués, pues necesita de la burguesía para mantenerse.
Mientras en la Edad Media el arte no era valorado, en el Renacimiento los límites del mundo conocido se expanden, se va a desarrollar todo lo que tiene que ver con la tecnología. La figura central de la iglesia comienza a perder poder, porque los avances científicos permiten que el hombre tome conciencia de sus condiciones. Surge el HUMANISMO: el hombre y el Estado son el centro del poder.
Para el hombre renacentista el propio hombre es la medida de todas las cosas. No existe determinismo: el hombre puede elegir. Según Pompazzi: dios conoce la suerte del hombre, pero el hombre puede elegir, no tiene por qué seguir esa suerte.
Esto va a dar origen al INDIVIDUALISMO ACTIVO que se manifiesta por:
ANTROPOCENTRISMO: se valora la capacidad del hombre, sus pasiones.
NATURALISMO: el hombre empieza a descubrir la naturaleza. El hombre mira en forma horizontal. El hombre renacentista es HEDONISTA. La naturaleza provoca el encantamiento de las pasiones. En la Edad Media la visión del hombre era vertical, miraba a dios, al más allá. En el Renacimiento el hombre trata de descubrir los secretos del mundo. Surge la alquimia y la magia.
INTELECTUALISMO: La concepción del mundo: el mundo es INTELIGIBLE. La inteligencia es capaz de comprender al mundo y de ordenarlo.
SECULARISMO: El hombre se aparta de la iglesia. El saber que surge en esta época surge fuera del claustro de la iglesia. El hombre renacentista es mucho más tolerante que el hombre medieval.
SENSUALISMO O VITALISMO: profundo amor a la vida. El hombre se convierte en su propio arquitecto. El hombre descubre que es bello, pero dios no es olvidado. Si el hombre es perfecto es porque dios es perfecto. Si dios es creador y el hombre es su alegoría, entonces el hombre también es creador. El hombre también puede crear cosas bellas. El hombre es el nexo de unión entre las distintas partes de la naturaleza. El hombre es también un mundo pequeño: microcosmos. Dios creó el mundo pero no lo gobierna, sólo lo ha hecho andar.
DEÍSMO: dios como primer motor. Surge el concepto de pensar el mundo y de investigar el mundo.
Según Paracelso: el filósofo puede filosofar sobre lo que la mano puede probar.
Según Maquiavelo: el fin es buscar el poder.
Según Montaigne: “prefiero cabezas bien hechas a cabezas bien llenas”.
Material aportado por la Prof. María Noel Pais para LITERATURA de 1º Bachillerato, Liceo Nº2 de Bella Unión, 08/mayo/2009.
jueves, 7 de mayo de 2009
Jorge Manrique- "Coplas por la muerte de su padre"
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Invocación:
Dejo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores;
A aquél sólo me encomiendo,
aquél sólo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo no conoció
su deidad.
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
Este mundo bueno fue
si bien usáramos de él
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos.
Aun aquel hijo de Dios,
para subirnos al cielo
descendió
a nacer acá entre nos,
y a vivir en este suelo
do murió.
Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdamos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen,
de ellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen.
Decidme: la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
el color y la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.
Pues la sangre de los godos,
y el linaje y la nobleza
tan crecida,
¡por cuántas vías y modos
se pierde su gran alteza
en esta vida!
Unos, por poco valer,
¡por cuán bajos y abatidos
que los tienen!
otros que, por no tener,
con oficios no debidos
se mantienen.
Los estados y riqueza
que nos dejan a deshora,
¿quién lo duda?
no les pidamos firmeza,
pues son de una señora
que se muda.
Que bienes son de Fortuna
que revuelven con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una
ni estar estable ni queda
en una cosa.
Pero digo que acompañen
y lleguen hasta la huesa
con su dueño:
por eso nos engañen,
pues se va la vida apriesa
como sueño;
y los deleites de acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
y los tormentos de allá,
que por ellos esperamos,
eternales.
Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.
Si fuese en nuestro poder
hacer la cara hermosa
corporal,
como podemos hacer
el alma tan glorïosa,
angelical,
¡qué diligencia tan viva
tuviéramos toda hora,
y tan presta,
en componer la cativa,
dejándonos la señora
descompuesta!
Esos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
por casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
así que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y prelados,
así los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.
Dejemos a los troyanos,
que sus males no los vimos
ni sus glorias;
dejemos a los romanos,
aunque oímos y leímos 16
sus historias.
No curemos de saber
lo de aquel siglo pasado
qué fue de ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.
¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué fue de tanta invención
como trajeron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras,
¿fueron sino devaneos?
¿qué fueron sino verduras
de las eras?
¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel danzar,
aquellas ropas chapadas
que traían?
Pues el otro, su heredero,
don Enrique, ¡qué poderes
alcanzaba!
¡Cuán blando, cuán halaguero
el mundo con sus placeres
se le daba!
Mas verás cuán enemigo,
cuán contrario, cuán cruel
se le mostró;
habiéndole sido amigo,
¡cuán poco duró con él
lo que le dio!
Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos de oro,
las vajillas tan febridas,
los enriques y reales
del tesoro;
los jaeces, los caballos
de sus gentes y atavíos
tan sobrados,
¿dónde iremos a buscallos?
¿qué fueron sino rocíos
de los prados?
Pues su hermano el inocente,
que en su vida sucesor
se llamó,
¡qué corte tan excelente
tuvo y cuánto gran señor
le siguió!
Mas, como fuese mortal,
metióle la muerte luego
en su fragua.
¡Oh, juïcio divinal,
cuando más ardía el fuego,
echaste agua!
Pues aquel gran Condestable,
maestre que conocimos
tan privado,
no cumple que de él se hable,
sino sólo que lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?
¿Qué fueron sino pesares
al dejar?
Y los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
que a los grandes y medianos
trajeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
que tan alta fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que cuando más encendida
fue amatada?
Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes
y varones
como vimos tan potentes,
di, muerte, ¿dó los escondes
y traspones?
Y las sus claras hazañas
que hicieron en las guerras
y en las paces,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerza las atierras
y deshaces.
Las huestes innumerables,
los pendones, estandartes
y banderas,
los castillos impugnables,
los muros y baluartes
y barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo,
¿qué aprovecha?
que si tú vienes airada,
todo lo pasas de claro
con tu flecha.
Aquél de buenos abrigo,
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
sus hechos grandes y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron,
ni los quiero hacer caros
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.
Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Cuán benigno a los sujetos!
¡A los bravos y dañosos,
qué león!
En ventura Octaviano;
Julio César en vencer
y batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal en el saber
y trabajar;
en la bondad, un Trajano;
Tito en liberalidad
con alegría;
en su brazo, Aureliano;
Marco Tulio en la verdad
que prometía.
Antonio Pío en clemencia;
Marco Aurelio en igualdad
del semblante;
Adriano en elocuencia;
Teodosio en humanidad
y buen talante;
Aurelio Alejandro fue
en disciplina y rigor
de la guerra;
un Constantino en la fe,
Camilo en el gran amor
de su tierra.
No dejó grandes tesoros,
ni alcanzó muchas riquezas
ni vajillas;
mas hizo guerra a los moros,
ganando sus fortalezas
y sus villas;
y en las lides que venció,
muchos moros y caballos
se perdieron;
y en este oficio ganó
las rentas y los vasallos
que le dieron.
Pues por su honra y estado,
en otros tiempos pasados,
¿cómo se hubo?
Quedando desamparado,
con hermanos y criados
se sostuvo.
Después que hechos famosos
hizo en esta misma guerra
que hacía,
hizo tratos tan honrosos
que le dieron aún más tierra
que tenía.
Estas sus viejas historias
que con su brazo pintó
en juventud,
con otras nuevas victorias
ahora las renovó
en senectud.
Por su grande habilidad,
por méritos y ancianía
bien gastada,
alcanzó la dignidad
de la gran Caballería
de la Espada.
Y sus villas y sus tierras
ocupadas de tiranos
las halló;
mas por cercos y por guerras
y por fuerza de sus manos
las cobró.
Pues nuestro rey natural,
si de las obras que obró
fue servido,
dígalo el de Portugal
y en Castilla quien siguió
su partido.
Después de puesta la vida
tantas veces por su ley
al tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero:
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la muerte a llamar
a su puerta,
diciendo: «Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
y su halago;
vuestro corazón de acero,
muestre su esfuerzo famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hicisteis tan poca cuenta
por la fama,
esfuércese la virtud
para sufrir esta afrenta
que os llama.
No se os haga tan amarga
la batalla temerosa
que esperáis,
pues otra vida más larga
de la fama glorïosa
acá dejáis,
(aunque esta vida de honor
tampoco no es eternal
ni verdadera);
mas, con todo, es muy mejor
que la otra temporal
perecedera.
El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros.
Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramasteis
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganasteis
por las manos;
y con esta confianza
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperanza,
que esta otra vida tercera
ganaréis.»
«No tengamos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad placentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera
es locura.
Oración:
Tú, que por nuestra maldad,
tomaste forma servil
y bajo nombre;
tú, que a tu divinidad
juntaste cosa tan vil
como es el hombre;
tú, que tan grandes tormentos
sufriste sin resistencia
en tu persona,
no por mis merecimientos,
mas por tu sola clemencia
me perdona.»
Fin:
Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos y hermanos
y criados,
dio el alma a quien se la dio
(en cual la dio en el cielo
en su gloria),
que aunque la vida perdió
dejónos harto consuelo
su memoria.
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Invocación:
Dejo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores;
A aquél sólo me encomiendo,
aquél sólo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo no conoció
su deidad.
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
Este mundo bueno fue
si bien usáramos de él
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos.
Aun aquel hijo de Dios,
para subirnos al cielo
descendió
a nacer acá entre nos,
y a vivir en este suelo
do murió.
Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdamos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen,
de ellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen.
Decidme: la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
el color y la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.
Pues la sangre de los godos,
y el linaje y la nobleza
tan crecida,
¡por cuántas vías y modos
se pierde su gran alteza
en esta vida!
Unos, por poco valer,
¡por cuán bajos y abatidos
que los tienen!
otros que, por no tener,
con oficios no debidos
se mantienen.
Los estados y riqueza
que nos dejan a deshora,
¿quién lo duda?
no les pidamos firmeza,
pues son de una señora
que se muda.
Que bienes son de Fortuna
que revuelven con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una
ni estar estable ni queda
en una cosa.
Pero digo que acompañen
y lleguen hasta la huesa
con su dueño:
por eso nos engañen,
pues se va la vida apriesa
como sueño;
y los deleites de acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
y los tormentos de allá,
que por ellos esperamos,
eternales.
Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.
Si fuese en nuestro poder
hacer la cara hermosa
corporal,
como podemos hacer
el alma tan glorïosa,
angelical,
¡qué diligencia tan viva
tuviéramos toda hora,
y tan presta,
en componer la cativa,
dejándonos la señora
descompuesta!
Esos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
por casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
así que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y prelados,
así los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.
Dejemos a los troyanos,
que sus males no los vimos
ni sus glorias;
dejemos a los romanos,
aunque oímos y leímos 16
sus historias.
No curemos de saber
lo de aquel siglo pasado
qué fue de ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.
¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué fue de tanta invención
como trajeron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras,
¿fueron sino devaneos?
¿qué fueron sino verduras
de las eras?
¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel danzar,
aquellas ropas chapadas
que traían?
Pues el otro, su heredero,
don Enrique, ¡qué poderes
alcanzaba!
¡Cuán blando, cuán halaguero
el mundo con sus placeres
se le daba!
Mas verás cuán enemigo,
cuán contrario, cuán cruel
se le mostró;
habiéndole sido amigo,
¡cuán poco duró con él
lo que le dio!
Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos de oro,
las vajillas tan febridas,
los enriques y reales
del tesoro;
los jaeces, los caballos
de sus gentes y atavíos
tan sobrados,
¿dónde iremos a buscallos?
¿qué fueron sino rocíos
de los prados?
Pues su hermano el inocente,
que en su vida sucesor
se llamó,
¡qué corte tan excelente
tuvo y cuánto gran señor
le siguió!
Mas, como fuese mortal,
metióle la muerte luego
en su fragua.
¡Oh, juïcio divinal,
cuando más ardía el fuego,
echaste agua!
Pues aquel gran Condestable,
maestre que conocimos
tan privado,
no cumple que de él se hable,
sino sólo que lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?
¿Qué fueron sino pesares
al dejar?
Y los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
que a los grandes y medianos
trajeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
que tan alta fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que cuando más encendida
fue amatada?
Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes
y varones
como vimos tan potentes,
di, muerte, ¿dó los escondes
y traspones?
Y las sus claras hazañas
que hicieron en las guerras
y en las paces,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerza las atierras
y deshaces.
Las huestes innumerables,
los pendones, estandartes
y banderas,
los castillos impugnables,
los muros y baluartes
y barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo,
¿qué aprovecha?
que si tú vienes airada,
todo lo pasas de claro
con tu flecha.
Aquél de buenos abrigo,
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
sus hechos grandes y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron,
ni los quiero hacer caros
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.
Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Cuán benigno a los sujetos!
¡A los bravos y dañosos,
qué león!
En ventura Octaviano;
Julio César en vencer
y batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal en el saber
y trabajar;
en la bondad, un Trajano;
Tito en liberalidad
con alegría;
en su brazo, Aureliano;
Marco Tulio en la verdad
que prometía.
Antonio Pío en clemencia;
Marco Aurelio en igualdad
del semblante;
Adriano en elocuencia;
Teodosio en humanidad
y buen talante;
Aurelio Alejandro fue
en disciplina y rigor
de la guerra;
un Constantino en la fe,
Camilo en el gran amor
de su tierra.
No dejó grandes tesoros,
ni alcanzó muchas riquezas
ni vajillas;
mas hizo guerra a los moros,
ganando sus fortalezas
y sus villas;
y en las lides que venció,
muchos moros y caballos
se perdieron;
y en este oficio ganó
las rentas y los vasallos
que le dieron.
Pues por su honra y estado,
en otros tiempos pasados,
¿cómo se hubo?
Quedando desamparado,
con hermanos y criados
se sostuvo.
Después que hechos famosos
hizo en esta misma guerra
que hacía,
hizo tratos tan honrosos
que le dieron aún más tierra
que tenía.
Estas sus viejas historias
que con su brazo pintó
en juventud,
con otras nuevas victorias
ahora las renovó
en senectud.
Por su grande habilidad,
por méritos y ancianía
bien gastada,
alcanzó la dignidad
de la gran Caballería
de la Espada.
Y sus villas y sus tierras
ocupadas de tiranos
las halló;
mas por cercos y por guerras
y por fuerza de sus manos
las cobró.
Pues nuestro rey natural,
si de las obras que obró
fue servido,
dígalo el de Portugal
y en Castilla quien siguió
su partido.
Después de puesta la vida
tantas veces por su ley
al tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero:
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la muerte a llamar
a su puerta,
diciendo: «Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
y su halago;
vuestro corazón de acero,
muestre su esfuerzo famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hicisteis tan poca cuenta
por la fama,
esfuércese la virtud
para sufrir esta afrenta
que os llama.
No se os haga tan amarga
la batalla temerosa
que esperáis,
pues otra vida más larga
de la fama glorïosa
acá dejáis,
(aunque esta vida de honor
tampoco no es eternal
ni verdadera);
mas, con todo, es muy mejor
que la otra temporal
perecedera.
El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros.
Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramasteis
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganasteis
por las manos;
y con esta confianza
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperanza,
que esta otra vida tercera
ganaréis.»
«No tengamos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad placentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera
es locura.
Oración:
Tú, que por nuestra maldad,
tomaste forma servil
y bajo nombre;
tú, que a tu divinidad
juntaste cosa tan vil
como es el hombre;
tú, que tan grandes tormentos
sufriste sin resistencia
en tu persona,
no por mis merecimientos,
mas por tu sola clemencia
me perdona.»
Fin:
Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos y hermanos
y criados,
dio el alma a quien se la dio
(en cual la dio en el cielo
en su gloria),
que aunque la vida perdió
dejónos harto consuelo
su memoria.
lunes, 4 de mayo de 2009
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